El Consell Valencià de Cultura (CVC) se ha mostrado favorable a declarar la fiesta de los Moros y Cristianos de Alcoy (Alicante) como Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC).
La declaración, avalada por el Consell Valencià de Cultura, se estrenará el próximo mes de mayo y abarcará la totalidad de los actos
Así lo ha ratificado el Consell Valencià de Cultura (CVC) este lunes con la aprobación de un informe en su sesión plenaria. Este informe hace un repaso de los datos históricos en las que se basa la celebración y las noticias sobre los primeros documentos históricos que las prueban, que se remontan al principio del siglo XVI, ha informado la entidad en un comunicado.
¿Qué implica ser declarado como BIC?
En pocas palabras… el BIC es la distinción máxima que se le otorga a un bien a nivel nacional y es debido a su relevancia y, en este caso, aportación cultural.
En este sentido, todo tipo de Patrimonio Histórico y de relevancia en la sociedad debe ser protegido. La ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 así lo recoge.
Estos bienes de patrimonio histórico que por su relevancia social e histórica y su singularidad necesiten de protección, son declarados Bienes de Interés Cultural. O lo que es lo mismo, y por lo que se suele conocer, los BIC.
Después de que un bien sea declarado BIC por la autoridad competente, este pasa a tener medidas especiales. Así, la administración pública municipal al que pertenece ese bien está obligada a establecer una estrategia de protección para su conservación.
¿Y qué ventajas conlleva que una fiesta obtenga este reconocimiento? Principalmente más turismo y la garantía de conservar en buen estado el patrimonio histórico y artístico es la principal recompensa que implica que esta fiesta sea declarada Bien de Interés Cultural.
Ser BIC supone ventajas fiscales
Asimismo, la declaración de las fiestas de moros y cristianos como BIC puede abrir una nueva puerta: la de las ventajas fiscales.
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- De dominio público. Una de las claves de un Bien de Interés Cultural es que pasas a ser de dominio público. En el caso de un bien inmaterial, la Administración tendría un mayor control del bien, aunque esto es más difuso en el caso de unas fiestas.
- Fiscalidad. Aunque la estrategia de declarar como BIC los «bienes inmateriales del patrimonio cultural valenciano» es una directriz de la Dirección General de Cultura; también abre la puerta a que se reclamen diferentes ayudas para preservar la identidad de la fiesta.
- Inexportables. Finalmente, la BIC permitirá definir esta celebración como algo «inseparable de su entorno e inexportable»; lo que les dará un mayor valor cultural.
Igualmente, este informe se suma a los que se presentaron y aprobaron en el pleno de diciembre sobre varios actos de esta misma fiesta en Ontinyent, en noviembre sobre el Cabildo de Sax, y en octubre sobre la Fira de Cocentaina.
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